Cada vez que te caigas, mi mano te ayudará a levantarte.
Cada vez que estés insoportable, yo te soportaré.
Cada vez que llores, yo secaré tus lágrimas.
Cada vez que sonrías, yo sonreiré contigo.
Cada noche, yo te ayudaré a conciliar el sueño.
Cada vez que tengas sed, yo te invitaré a una cerveza.
Cada abrazo que necesites, yo te lo daré.
Cada momento de rabia, yo abriré tus brazos para que puedas gritar.
Cada vez que la vida no te sonría, yo lo haré.
Las palabras a veces se quedan cortas para expresar ciertas cosas. Esta, es una de esas pocas veces. Sólo puedo decir que te quiero muchísimo, y que no sabes lo mucho que de verdad me ayudas. Gracias, Inés. Por todo.
ResponderEliminarHooooooooola adoréibols, mi parte favorita la de la cerveza, por cierto.
ResponderEliminarComo respuesta a tu comentario te digo que ya lo sabía, que para eso están las excepciones, yo también te adoro.