
Todos tenemos sueños. Todos hemos soñado alguna vez que luchábamos por ellos. Y nunca nos hemos decidido. Todos hemos sido adolescentes con ganas de hacer muchas cosas. Y todos hemos sido adolescentes tristes, o decepcionados. Pero ya va siendo hora de que seamos simplemente personas. Personas con ideales, con principios, con valores. O lo que es más importante, que sepamos apostar por aquello en lo que confiamos. Y que seamos libres. Pero libres con todo lo que conlleva serlo. Libre es tener derechos, sí, pero también deberes. Deberes que debemos cumplir, pero no por los demás, sino por nosotros mismos. Por no pudrirnos por dentro y por poder crecer como personas. Ya es hora de que aprendamos a luchar con uñas y dientes por eso en lo que creemos.